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No es un ministerio más: anotaciones sobre la creación del MINCTi en Perú

  • Foto del escritor: Maria Alejandra Llosa
    Maria Alejandra Llosa
  • 6 mar 2022
  • 8 Min. de lectura

Actualizado: 26 abr 2022

Escribe: María Alejandra Llosa


El debate público peruano permanece encendido en torno a la creación del nuevo Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación - MINCTi. Aquí una reflexión que pretende explicar la importancia de impulsar la creación de dicha entidad en Perú.


Hoy en día, la búsqueda de mayor eficiencia en el Estado no puede darse sin entender que el horizonte de la innovación como política pública va más allá de la generación de conocimiento científico, incorporación de infraestructura tecnológica, simplificación y estandarización de servicios, mejora regulatoria o ampliación de la capacidad digital.


En los últimos días, los debates sobre la creación de un nuevo Ministerio que acoja la Ciencia, Tecnología e Innovación han sucedido con más frecuencia que antes, pero de manera superficial, no tomando en cuenta aspectos importantes que deben ser traídos a la discusión. Según se conoce, el gobierno de turno pretende llamar a dicha entidad, “Ministerio de Ciencia, Tecnología e Investigación". Ahí el primer error. Denominarlo así es redundar (“Ciencia” e “Investigación”), más clara es la propuesta de Ragi Burhum, en su columna en La República:


Cuando hablamos del Ministerio de CTI (o MINCTI), debemos interpretar las siglas así:

-(C)iencia. Trabajo/investigaciones que normalmente suceden en las universidades.

-(T)ecnología. Resultado de esas investigaciones.

-(I)nnovación. Aplicaciones prácticas/reales tecnológicas (o no tecnológicas) en los sectores público y/o privado.


Entonces, partamos por el hecho de que el nuevo Ministerio debería ser llamado “Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación”. La innovación está ligada a la aplicación práctica de aquello que previamente se investigó, desarrolló, patentó, tal como lo señala la directora del programa "Ruta CTi”, Maite Vizcarra:


La innovación es la “i” pequeña de fórmula “CTi”-ciencia, tecnología e innovación-. Y es pequeña porque la innovación no se vincula tanto con el saber sistémico de la academia o la investigación. Sino, con el conocimiento relacional, con la aplicación de lo que otro creó. Mejorar lo que otro investigó, creó o desarrolló. La innovación es la aplicación práctica del conocimiento intensivo pero convertida en Valor. Y ese valor puede ser económico o no.


Primero lo primero


Para poder avanzar en mi perspectiva sobre la creación de esta entidad, primero quiero pedirle al lector que, durante toda la lectura, tenga siempre en mente lo siguiente: Los desafíos que enfrentamos y que enfrentaremos a futuro están profundamente vinculados a la Ciencia, Tecnología e Innovación. En el mundo actual, por ejemplo, ya no se “escoge” ser digital, se es digital por defecto.


Teniendo como premisa esto, pasemos a las siguientes cuestiones. Actualmente existen muchas entidades de diferentes sectores de gobierno, ocupándose de temas de CTi. Lógicamente, existen intereses encontrados, que se contradicen y duplican esfuerzos económicos y de toda índole. La visión general de CTi del Estado peruano debería ser única y los sectores adaptarse a esa visión centralizada. Eso en el Perú no sucede y es por esa razón que es tan complicado pedirles a los sectores que trabajen políticas o propuestas normativas que apunten a un único objetivo.


Qué tenemos hoy en el Perú

En nuestro país, según el diseño institucional, el ente rector en la materia es el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica - CONCYTEC, que tiene una visión de la innovación centrada en la generación de conocimiento científico, en la innovación tecnológica y en la promoción del acceso ciudadano a la tecnología. Pero, a pesar de que CONCYTEC ha intentado articular a los sectores, en la práctica nunca ha sido posible, debido, entre otras cosas, a las rígidas voluntades regladas y la orientación natural al enfoque científico de la entidad, que deja de lado, por ejemplo, la perspectiva normativa e institucional, o la perspectiva social de la innovación, perdiendo de vista la importancia de gestionar las demandas de los ciudadanos digitales, el cambio cultural dentro de la gestión pública, los procesos comunicacionales, tanto hacía la interna como de cara a los ciudadanos, entre otros. Recordemos que, según la OCDE, las políticas públicas de innovación van más allá del desarrollo de conocimiento científico o la tecnología, y comprenden elementos como: personas, organización y gobernanza (OCDE, 2010, pp.11-15).


Asimismo, CONCYTEC deja de lado la perspectiva productiva y empresarial, por ejemplo, que incluye a los emprendedores, quienes, con sus nuevos productos, servicios o modelos, convierten y ponen en práctica ese conocimiento científico que genera la academia y que les permite entregar valor a la sociedad.


Un dato importante se refiere a las funciones de la CTi pública en el Perú, las mismas que se encuentran dispersas en distintas instituciones como el CONCYTEC, la Secretaría de Gestión Pública, la Secretaría de Gobierno Digital, entre otras entidades que yacen bajo el amplio y complejo paraguas de la PCM. En ese sentido, quizás la única entidad que se ocupa del tema CTi fuera de PCM es PRODUCE.


En PCM lo que prima es el debate político cotidiano en representación del Poder Ejecutivo y resguardo de quien ejerza la presidencia de la república y eso afecta el quehacer de los entes que están bajo su mandato. Nada más ajeno a ese debate político diario que el desarrollo de la CTi cuya orientación no se desenvuelve con el debate habitualmente crispado entre el Ejecutivo y el Congreso, o las ansiedades políticas pasajeras. La dirección de la PCM se mueve en la lógica cortoplacista de los titulares de periódico, mientras que el desarrollo de la Ciencia, Tecnología e Innovación requiere espacios y tiempos para la búsqueda planificada (científica), de serenidad urgente, para la experimentación y la consecuente generación de saberes valiosos, conocimiento y servicios innovadores, productos o modelos con valor público.


Como muestra nuestra experiencia, para dirigir la PCM hay que tener alto perfil político, no precisamente científico o empresarial, basta fijarse en el perfil de los últimos 10 Presidentes del Consejo de Ministros: Valer, Vásquez, Bellido, Bermúdez, Flores Aráoz, Martos, Cateriano, Zeballos, Del Solar y Villanueva. De cuál de ellos, podríamos decir que llevó la batuta de la CTi, o le dio importancia y continuidad a un rubro de tan alta complejidad como el que nos ocupa. La respuesta es clara, ninguno.


Es muy importante que se traslade la rectoría de CTi a un ministerio cuya dirección no esté atada al debate político coyuntural y que tome las decisiones de manera autónoma, porque de otra manera la CTi seguirá siendo un componente de segundo plano en el debate público, que está muy por debajo de los niveles de decisión y, por lo tanto, sujeto a un tratamiento menos técnico y con escasa fuerza, en un mundo en el que la tecnología está en el día a día de los ciudadanos.


¿Es el momento para crear un Ministerio de CTi?

Cuando me decidí a poner sobre la mesa este tema, en mis redes sociales, buscaba generar controversia y respuesta. No puedo citar los más de 20 argumentos en contra de la creación del ministerio que he recibido, muchos de ellos repetidos, por lo que, con algunas variantes, estos son los principales:


· Un nuevo ministerio será crear un nuevo monstruo burocrático, ineficiente y que genera más gasto.

· Si hay ministerios que no cumplen su función ¿Qué nos hace pensar que este sí lo hará?

· Otros países tienen sus ministerios de CTi porque su inversión en investigación es sustantiva ¿para qué crear un ministerio que estaría administrando lo que casi no existe en Perú?

· La ciencia no es ajena, al igual que las matemáticas, están presentes en todo lo que hacemos, ¿para qué buscar más burocracia y centralismo?

· Concentrarse en el fortalecimiento del sistema de CTI, con un órgano rector como CONCYTEC.

· Falta mejorar los colegios existentes, la curricula, los COAR.

· La tecnología es transversal en todos los sectores, hacer un ministerio generará más burocracia, gastos y corrupción.

Ello es posible con gente idónea al frente, pero ya se ha visto las designaciones actuales.


Vamos por partes. Primero, la mayoría de los argumentos apunta a la cuestión casi trillada de la burocratización, que es la crítica habitual cuando se va a crear cualquier institución en el Estado. Al respecto, podemos decir que no es más burocracia, porque lo que estaríamos haciendo sería reconvertir las instituciones, con los mismos líderes actuales y otros nuevos con perfiles especializados que sumen a la entidad. Segundo, entendamos que la creación del Ministerio de CTi no debe responder a la coyuntura nacional, sino al contexto internacional de la CTi, del que hoy en día difícilmente puede pensar uno en autarquías. Tercero, no erremos al pensar que la naturaleza transversal de la ciencia y la tecnología en el Estado la dan los líderes. La naturaleza transversal se la dan las instituciones y las Políticas de Estado. Y si a eso le sumamos el argumento de transversalidad de la tecnología, vamos muertos, ya que lo mismo podríamos decir de la economía, el derecho o la salud, y desde ese punto de vista no deberían existir ni el MEF, ni el MINJUS, ni el MINSA, porque cada uno administra sus recursos, cada uno actúa conforme a ley o cada uno puede gestionar la salud. Cuarto, justamente del nuevo MINCTI deberá depender, en parte, la mejora de la calidad de nuestra educación, ya que actualmente los dos ministerios con los que CTi tendría que jugar en pared, MINEDU (un elefante burocrático y lento) y MINCUL (un ministerio dejado al olvido, que no ha cumplido ni con su labor de consulta previa) deben ser incitados y propulsados por la fuerza de la CTi, renovando sus visiones y sentidos de urgencia. Quinto, hablar de gente poca idónea o malas designaciones, es pensar desde la coyuntura. Sexto, la alta comprensión de la CTi no la deben tener los ciudadanos, sino los expertos que formarán parte del ministerio, diseñando y dirigiendo las políticas del MINCTi. Séptimo, decir que los demás países crearon sus ministerios porque su inversión en Ciencia era mayor, es erróneo, ya que justamente crear el MINCTi es invertir en Ciencia, Tecnología e Innovación.


Por ejemplo, si miramos a dos de nuestros vecinos de la Alianza del Pacífico, veremos que están cosechando resultados concretos gracias a su apuesta en CTi: Chile, bajo el liderazgo de Piñera, creó su Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, en julio de 2018. Según los resultados del Índice Mundial de Innovación 2020, elaborado cada año por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI), Chile se ubica en el primer lugar de las economías más innovadoras de América Latina. Por otro lado, Colombia, hizo lo propio en el 2019 y creó el Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación. La ciudad de Medellín, por ejemplo, fue distinguida como la ciudad más innovadora del mundo, dejando atrás a Nueva York y Tel Aviv, en el concurso City of the Year, organizado por The Wall Street Journal y Citigroup. Lo que tienen en común ambos países, es que la CTi es una Política de Estado y ambos países buscan todo el tiempo estar a la vanguardia de lo que se está haciendo en el mundo en la materia.


Entonces, en este punto es importante plantearnos las siguientes preguntas: ¿Cómo vamos a postergar 5 años más la creación de nuestro ministerio, si en todo el mundo y en los países vecinos ya existen desde hace tiempo? ¿El Perú va a seguir enviando al primer ministro o a funcionarios de segundo plano a que se reúnan con ministros o técnicos especializados en la materia en otros países? ¿De qué calidad de diálogo estamos hablando? ¿Alguno de los 10 últimos ministros en PCM ha hecho algo concreto por la CTi peruana? ¿La entidad rectora va a seguir dejando de lado otras perspectivas de la innovación que merecen atención? ¿Se va a seguir insistiendo en la duplicidad de funciones y recursos que a la larga favorecen a muchos, pero no reditúan nada concreto al país? ¿La CTi peruana va a seguir coja, actuando bajo el parámetro normativo o de políticas sectarias y sesgadas, que en la práctica no incluyen al ecosistema en general? ¿Hasta cuándo el manejo de la CTi va a seguir dependiendo, principalmente, de entidades ejecutoras o especializadas del Poder Ejecutivo, en vez de ser una entidad con personería jurídica, técnica, económica y administrativamente autónoma? ¿Hasta cuándo las estrategias y presupuestos vinculados a la CTi dependerán indistintamente de las entidades del sector del cual provienen y/o de la incidencia caprichosa de sus directivos?


Mi objetivo con todas estas preguntas es generar la reflexión necesaria para entender la importancia de que el Perú cuente con una institución rectora y autónoma que tenga la mirada y la función integradora dentro del rubro CTi. En resumen, lo que no puede seguirle pasando al Perú es lo que le pasó en pandemia. Estamos sentados en un banco de oro y no somos capaces de darnos cuenta de que crear el MINCTi sería dar un paso adelante como sociedad. El tiempo es ahora.


Fuentes:


Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico - OCDE (2010). Estrategia de Innovación de la OCDE: Conseguir una ventaja en el mañana. Paris: OCDE Publishing.


Burhum, R. (27 de febrero 2022). "Estamos ignorando la (I)nnovación en el Ministerio CTI". Diario La República. https://larepublica.pe/opinion/2022/02/27/estamos-ignorando-la-innovacion-en-el-ministerio-cti-por-ragi-burhum/


Vizcarra, M. (28 de febrero 2022). Recuperado de Twitter: https://twitter.com/Techtulia


Ley N° 29158 (10 de febrero de 2018). Ley Orgánica del Poder Ejecutivo. https://cdn.www.gob.pe/uploads/document/file/8983/29158.pdf

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